Comparativa de la eficacia de los inhibidores de la proteasa a largo plazo

Francesc Martínez
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Un estudio concluye que darunavir potenciado con ritonavir muestra un menor riesgo de fracaso virológico a largo plazo que otros fármacos potenciados de la misma familia

Un estudio realizado por investigadores de la cohorte EuroSIDA, publicado en HIV Medicine, ha concluido que darunavir (Prezista®) potenciado por ritonavir (Norvir®) sería el inhibidor de la proteasa (IP) potenciado con mayor durabilidad en personas con experiencia en tratamientos. Ello significaría que las personas que cambien su tratamiento por uno basado en darunavir/ritonavir presentarían una menor probabilidad de interrupción del tratamiento y/o fracaso virológico que aquellas que cambiaran a atazanavir (Reyataz®) potenciado por ritonavir o a lopinavir/ritonavir (Kaletra®).

Los IP potenciados atazanavir, darunavir y lopinavir siguen siendo opciones de tratamiento importantes en el ámbito de la infección por el VIH, especialmente como regímenes alternativos o de segunda línea. Darunavir/ritonavir es el único IP potenciado considerado como pauta preferente en el tratamiento de primera línea recomendado por la Sociedad Europea del Sida (EACS, en sus siglas en inglés).

Para conocer la efectividad a largo plazo de combinaciones basadas en darunavir/ritonavir y compararlas con otros IP potenciados, los investigadores seleccionaron de forma retrospectiva a 5.678 integrantes de la cohorte que habían iniciado tratamientos basados en atazanavir/ritonavir, lopinavir/ritonavir o darunavir/ritonavir entre los años 2000 y 2013.

El estudio definió fracaso virológico como dos resultados consecutivos de carga viral superior a 200 copias/mL. También se recopilaron datos sobre interrupciones de tratamiento y respuesta inmunológica (variaciones de los niveles de CD4 durante el tratamiento).

Los participantes fueron divididos en tres grupos en función de su historial de tratamientos: sin experiencia en tratamientos (8% de los participantes), que cambiaban de tratamiento con carga viral indetectable (44%) o que cambiaban de tratamiento con carga viral detectable (48%).

El 51% de los participantes sin experiencia en tratamientos iniciaron tratamiento con lopinavir/ritonavir, el 28% con atazanavir/ritonavir y el 21% con darunavir/ritonavir. Esos participantes acumularon una mediana de 28 meses de seguimiento, período en el cual el 18% de ellos experimentaron fracaso virológico. Entre estas personas sin experiencia en tratamientos la mediana del tiempo hasta experimentar fracaso virológico fue mayor en quienes tomaban darunavir/ritonavir que en aquellos con otros tratamientos (p= 0,004). Las respuestas inmunológicas no variaron en función del tratamiento.

En el grupo con cambio de tratamiento sin fracaso virológico fue de nuevo lopinavir/ritonavir la combinación más seleccionada (41% de los participantes), seguida por atazanavir/ritonavir (33%) y darunavir/ritonavir (26%). El seguimiento fue de una mediana de 40 meses. El 16% de los participantes experimentaron fracaso virológico. La mediana del tiempo hasta experimentar fracaso virológico fue significativamente superior entre quienes tomaban darunavir/ritonavir a la observada en los otros grupos de tratamientos. Así, en 3 años de seguimiento, el 6% de quienes tomaban darunavir/ritonavir, el 14% de aquellos con atazanavir/ritonavir (cociente de riesgos instantáneos [HR]: 1,98; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,27-3,08; p <0,001) y el 21% de aquellos con lopinavir/ritonavir (HR: 2,56; IC95%: 1,62-4,05; p <0,001) experimentaron fracaso virológico. La respuesta inmunológica, como en el caso anterior, fue similar en los tres grupos.

En el grupo con cambio de tratamiento por fracaso virológico el 69% cambiaron a lopinavir/ritonavir, el 22% a atazanavir/ritonavir y el 9% a darunavir/ritonavir. La mediana del seguimiento fue de 35 meses. Los participantes habían tomado una mediana de dos regímenes basados en IP antes del cambio. El 34% de los participantes experimentaron fracaso virológico. La mediana del tiempo hasta experimentar fracaso virológico fue significativamente superior entre quienes tomaban darunavir/ritonavir (p <0,001). Quienes tomaron darunavir/ritonavir presentaron un riesgo del 14% de experimentar fracaso virológico durante los 3 años posteriores al cambio (dichos porcentajes fueron del 21% y el 38% en el caso de atazanavir/ritonavir y lopinavir/ritonavir, respectivamente). Como en los casos anteriores, la recuperación inmunológica fue similar con las tres combinaciones.

Los resultados del presente estudio muestran mejores resultados a largo plazo con darunavir/ritonavir que con los otros IP potenciados analizados. Dado que se trata de un estudio retrospectivo, es importante que estos datos se comprueben con nuevos estudios para validarlos, pues pueden existir factores de confusión no detectados. Así, por ejemplo, el hecho de que los médicos se decantaran más por prescribir lopinavir/ritonavir o atazanavir/ritonavir antes que darunavir/ritonavir podría estar indicando un sesgo de selección (una menor confianza en darunavir por ser el fármaco más nuevo, que solo se prescribiría a los pacientes en mejores condiciones).

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Santos JR et al. Long-term effectiveness of recommended boosted protease inhibitor-based antiretroviral therapy in Europe. HIV Medicine, online edition. DOI: 10.1111/hiv.12581 (2018).

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