AASLD: Buenos resultados de glecaprevir y pibrentasvir en el tratamiento del virus de la hepatitis C de genotipo 3

Francesc Martínez
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Los dos fármacos en investigación lograrían tasas de curación superiores al 90% incluso en personas con experiencia en tratamientos y/o cirrosis hepática

Un estudio presentado en el marco del 67 Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado esta semana en Boston (EE UU), ha mostrado que la combinación de fármacos en investigación formada por glecaprevir (también conocido bajo el nombre de ABT-493) y pibrentasvir (también conocido como ABT-530) lograría curar a más del 91% de las personas con el virus de la hepatitis C (VHC) de genotipo 3 (el que peor responde a los antivirales de acción directa [DAA, en sus siglas en inglés]) tras entre 12 y 16 semanas de tratamiento. El estudio incluyó tanto a personas con experiencia en tratamientos como a aquellas con cirrosis hepática.

Los resultados presentados en el congreso correspondieron a la parte 3 del ensayo clínico de fase IIb SURVEYOR-II, del cual ya se habían presentado buenos resultados la pasada primavera (véase La Noticia del Día 07/06/2016).

En dicha fase del estudio se investigó la eficacia de 12 o 16 semanas de tratamiento con glecaprevir y pibrentasvir en personas con experiencia en tratamientos y/o cirrosis hepática. Un total de 44 personas con experiencia en tratamientos sin cirrosis hepática fueron distribuidas aleatoriamente a recibir 12 o 16 semanas de tratamiento. Las 40 personas sin experiencia en tratamientos con cirrosis hepática recibieron 12 semanas de tratamiento y las 47 con experiencia en tratamientos y cirrosis hepática tomaron el tratamiento durante 16 semanas.

Las personas con experiencia en tratamientos con DAA diferentes a sofosbuvir fueron excluidos del estudio (lo que supondría un importante sesgo del concepto “experiencia en tratamientos”). También fueron excluidas del estudio las personas coinfectadas por VHC y VIH o el virus de la hepatitis B (VHB). También se excluyó del estudio a aquellas personas con historial de descompensación hepática.

En el brazo de personas sin cirrosis hepática, el 64% de los participantes eran hombres (que representaban el 77% del subgrupo de 12 semanas de tratamiento y el 91% del subgrupo de 16 semanas de tratamiento). De los participantes sin cirrosis hepática con tratamiento de 12 semanas, el 35% había tomado sofosbuvir (frente al 41% de quienes recibieron el tratamiento de 16 semanas), el 50% tenía fibrosis hepática en estadio F0 o F1 (frente al 68% de aquellos tratados durante 16 semanas), el 32% tenía fibrosis hepática en estadio F3 (respecto al 23% de las personas que tomaron 16 semanas de tratamiento) y el 41% (frente al 32% de aquellas con tratamiento de 16 semanas) tenía una carga viral basal del VHC elevada (superior a 6 millones de UI/mL).

En el grupo de personas con cirrosis hepática, el 60% del subgrupo sin experiencia en tratamientos y el 77% del subgrupo con experiencia en tratamientos eran hombres. De los participantes sin experiencia en tratamientos, el 93% eran de etnia blanca (frente al 89% de quienes tenían experiencia en tratamientos) y el 41% (frente al 32% de aquellos con experiencia en tratamientos) tenía una carga viral basal del VHC elevada (superior a 6 millones de UI/mL). El 53% de las personas con cirrosis hepática y experiencia en tratamientos habían tomado sofosbuvir.

Según un análisis por intención de tratar, la combinación resultó altamente efectiva en todos los subgrupos analizados.

En el caso de las personas con experiencia en tratamientos sin cirrosis hepática, el tratamiento de 16 semanas fue más eficaz que el de 12, ya que las tasas de respuesta virológica sostenida a las 12 semanas de finalizar el tratamiento (RVS12, sinónimo de curación) fueron del 96 y el 91%, respectivamente.

En los grupos con cirrosis hepática, el 98% de las personas sin experiencia en tratamientos y el 96% de aquellas con experiencia en tratamientos alcanzaron RVS12.

En el estudio se dieron cinco casos de fracaso virológico –cuatro casos de recidiva después de finalizar el tratamiento y un caso de rebote virológico durante el tratamiento. Los cinco casos tuvieron lugar en personas con carga viral inicial alta (entre 2,84 y 18,9 millones UI/mL) y se trataba de personas con experiencia en tratamientos (dos de ellas con cirrosis hepática).

Durante el estudio se detectaron 6 casos de efectos adversos graves, pero ninguno de ellos fue vinculado por los investigadores a los fármacos en estudio. Los efectos adversos (de cualquier grado) más frecuentes fueron fatiga (13-34% de los participantes, según el subgrupo) y dolor de cabeza (13-25% de los participantes, según el subgrupo). Durante el ensayo tuvieron lugar 4 casos de alteraciones analíticas de grado 3: tres elevaciones de enzimas hepáticas y una de bilirrubina.

Los resultados del presente estudio con glecaprevir y pibrentasvir son prometedores y, de confirmarse en futuros ensayos clínicos de fase III, podrían permitir la llegada al mercado de una opción terapéutica eficaz y tolerable para el genotipo 3 del VHC, para el cual todavía son pocas las opciones terapéuticas basadas en DAA capaces de ofrecer tasas de curación superiores al 90%.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Wyles DL et al. SURVEYOR-II, Part 3: efficacy and safety of ABT-493/ABT-530 in patients with hepatitis C virus genotype 3 infection with prior treatment experience and/or cirrhosis. Hepatology Special Issue, The 67th Meeting of the American Association for the Study of Liver Diseases: The Liver Meeting, abstract 113, Boston, 2016.

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