Buena efectividad de los antivirales de acción directa frente a la hepatitis C en personas de edad avanzada

Francesc Martínez
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Aunque los efectos secundarios graves fueron más frecuentes entre estos pacientes que entre aquellos más jóvenes, su incidencia fue baja

Un estudio alemán publicado en Drugs & Aging  ha concluido que el tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) con antivirales de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés) es seguro y efectivo en personas de 70 años o mayores. Estas personas presentaron la misma probabilidad de curarse que los pacientes más jóvenes. Aunque se observó una mayor incidencia de efectos adversos graves en las personas de mayor edad, dicha incidencia fue baja.

El estudio incluyó a participantes del Registro Alemán sobre Hepatitis C (DHC-R, en sus siglas en alemán), un estudio de cohorte multicéntrica en entornos reales (al contrario que muchos ensayos clínicos, que cuentan con poblaciones altamente seleccionadas). Los investigadores señalaron que aunque la población con VHC está envejeciendo, poco se sabe de las características de las personas mayores de 70 años que envejecen o de sus tasas de respuesta a los DAA.

A pesar de que muchas de estas personas mayores están siendo tratadas con DAA, pocos datos se han publicado al respecto, lo que ponía de manifiesto la necesidad de un estudio como el presente.

Los investigadores estratificaron en función de la edad los resultados clínicos de todos aquellos integrantes de la cohorte que iniciaron tratamiento con DAA tras septiembre de 2014. Los dos grupos de edad establecidos fueron personas mayores (de 70 años en adelante) y personas no mayores (menores de 70 años).

Un total de 7.133 personas fueron incluidas en el estudio, de las que el 10% tenían 70 años o más. La mayoría de los participantes eran de etnia blanca.

Se observaron determinadas diferencias demográficas y clínicas entre las personas mayores y aquellas menores de 70 años. Así, el porcentaje de mujeres entre las personas de 70 años en adelante era superior al observado en aquellas de menor edad (65% frente al 39%, respectivamente).

Las complicaciones hepáticas fueron más frecuentes en el grupo de personas mayores que entre las menores de 70 años, tanto en lo referente a cirrosis (44% y 27% de los participantes, respectivamente), como a carcinoma hepatocelular (2,5% y 1,2%, respectivamente) o trasplante hepático (2,5% y 1,9%; respectivamente).

Algunas patologías asociadas a edad avanzada también fueron, como era de esperar,  más frecuentes entre las personas de mayor edad que entre aquellas menores de 70 años. Así se vio en lo referente a enfermedad cardiovascular (59% y 23% de los participantes, respectivamente), diabetes mellitus de tipo 2 (17% y 8%, respectivamente) e insuficiencia renal (79% y 27%, respectivamente). De forma contraria, los menores de 70 años presentaron una mayor prevalencia de desórdenes psiquiátricos, coinfecciones virales, problemas de alcoholismo y uso excesivo de drogas.

La vía de adquisición de la infección hepática también varió notablemente entre los participantes de 70 años en adelante y aquellos con menor edad. Así, la infección a través de procedimientos médicos y/o quirúrgicos fue la vía de adquisición más frecuente entre los participantes de mayor edad, mientras que en el grupo de menores de 70 años el uso de drogas y la transmisión sexual fueron las vías más frecuentes.

La tasa de respuesta virológica sostenida a las doce semanas de finalizar el tratamiento (RVS12, sinónimo de curación) fue del 93% entre las personas de 70 años en adelante y del 91% entre aquellas personas más jóvenes (diferencia no significativa). Tanto en el análisis univariable como en el multivariable la edad no se relacionó con un aumento o una disminución de las tasas de RVS12.

El 53% de las personas con 70 años o más y el 55% de aquellas más jóvenes experimentaron efectos adversos (diferencia no significativa). Sin embargo, la incidencia de efectos adversos graves –aunque baja en ambos grupos– fue superior entre las personas de 70 años en adelante a lo observado en personas más jóvenes (8% y 4%, respectivamente). Este fenómeno también se observó en lo relativo a efectos adversos hepáticos graves (2% y 1%, respectivamente) por causa principalmente de la mayor incidencia de carcinoma hepatocelular (0,9% y 0,2%; respectivamente).

Las interrupciones del tratamiento fueron pocas en ambos grupos (0,7% y 0,2% de las personas de 70 años en adelante y más jóvenes, respectivamente). La tasa de mortalidad fue –lógicamente– superior entre las personas más mayores (0,4% y 0,1%; respectivamente).

Un tercio de las personas de cada uno de los dos grupos tomó regímenes que incluían ribavirina. Las personas de mayor edad tomaron más frecuentemente dosis reducidas de ribavirina, aunque las tasas de interrupción del uso de ribavirina fueron similares en ambos grupos.

Los resultados del presente estudio muestran –una vez más- la elevada efectividad de los tratamientos basados en DAA independientemente del grupo poblacional analizado. Ello debe ser tenido en cuenta por los gestores sanitarios y médicos especialistas de cara a no restringir el uso de estos fármacos por pertenecer a un grupo poblacional –como por ejemplo las personas mayores- que podía tener una menor probabilidad de respuesta a tratamientos anteriores a los DAA, porque aquellos razonamientos no son extrapolables a las terapias basadas en DAA como demuestra el presente estudio.

Fuente: Infohep / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Dultz G et al. Effectiveness and safety of direct-acting antiviral combination therapies for treatment of hepatitis C virus in elderly patients’ results from the German Hepatitis C Registry. Drugs & Aging, https://doi.org/10.1007/s40266-018-0572-0 (2018).

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