Se registra un brote de VIH con más de 100 nuevas infecciones entre usuarios de drogas inyectables en Glasgow

Jordi Piqué
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Entre las estrategias para hacerle frente, se incluye la educación a la población en situación de riesgo y a los proveedores de servicios, la mejora de los servicios asistenciales para tratar las adicciones junto con una mayor disponibilidad de los programas de intercambio de jeringuillas y de la prueba del VIH

Recientemente, se ha comunicado un brote de VIH entre personas usuarias drogas inyectables en Glasgow (Escocia, Reino Unido) que ha implicado más de 100 nuevos casos y todavía está en curso, según informa un grupo de investigadores en la revista The Journal of Infectious Diseases. La secuenciación genética mostró que los 104 casos estaban relacionados, con dos tercios de los diagnósticos realizados después de 2014. Una presentación en la 4ª Conferencia conjunta de la Asociación Británica del VIH y la Asociación Británica de Salud Sexual y VIH (BHIVA y BASHH, respectivamente, en sus siglas en inglés) celebrada hace unos días en Edimburgo (Escocia, Reino Unido) describió los servicios desarrollados para hacer frente a este brote.

Lo singular de este brote es que se ha producido en Glasgow, una ciudad que dispone de unos excelentes servicios de reducción de daños para las personas que se inyectan drogas, incluidos los programas de intercambio de jeringuillas. Sin embargo, casi todos los pacientes tienen coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC), lo que sugiere que compartían el equipo de inyección. El brote actual ha impulsado el desarrollo de nuevos servicios para satisfacer las necesidades de prevención y atención del VIH en las personas que se inyectan drogas, muchas de las cuales no tienen hogar con relativa frecuencia.

La capital escocesa posee uno de los servicios de provisión de equipos de inyección de drogas más activos en Europa, que distribuye más de un millón de jeringuillas al año. No obstante, el factor añadido de la falta de vivienda sugiere que las personas en situación de vida precaria, a menudo con estilos de vida caóticos, pueden haber tenido dificultades para acceder a los servicios de reducción de daños disponibles en Glasgow.

Las personas que se inyectan drogas corren el riesgo de infectarse por el VIH al compartir el equipo de inyección y por tener una actividad sexual de alto riesgo. Desde mediados de la década de 1980, el Reino Unido ha proporcionado servicios de reducción de daños de eficacia probada a las personas usuarias de drogas inyectables. Desde mediados de la década de 1990, los diagnósticos de VIH entre las personas que se inyectan drogas en Glasgow han tenido un promedio de menos de diez casos por año. Con todo, en 2015 se registró un fuerte aumento en los nuevos diagnósticos de VIH entre las personas usuarias de drogas intravenosas en Glasgow. La secuenciación rutinaria mostró que muchas de estas infecciones implicaban el subtipo C del VIH, que, por otro lado, es poco habitual entre las personas que se inyectan drogas en el Reino Unido, lo que sugiere una fuente común para el brote.

Por lo tanto, un equipo de investigadores analizó la secuencia genética del virus que infectó a todas las personas involucradas en el brote de VIH actual. Especialmente querían determinar si los casos estaban relacionados, información que esperaban que ayudase al desarrollo de servicios de prevención y atención apropiados.

Los investigadores identificaron un clúster ajustado de 104 casos. Todos ellos se originaron en Escocia e implicaron dos mutaciones del VIH: la E138A, asociada con susceptibilidad reducida a los antirretrovirales etravirina y rilpivirina; y la V179E, que está relacionada con resistencia a nevirapina, efavirenz y etravirina.

Se identificó un ancestro común del clúster, una muestra obtenida de un paciente en 2003. La secuencia de brotes más antigua procedió de una persona que se inyectaba drogas diagnosticada con el VIH en 2005. Cinco personas fueron diagnosticadas en 2008 y 2009, otras 27 entre 2010 y 2013 y 71 (68%) después de 2014. Todas ellas fueron diagnosticadas en Escocia y comunicaron antecedentes de consumo de drogas inyectables.

Las transmisiones posteriores alcanzaron su punto máximo en 2009, cuando cada infección por el VIH se asoció con un promedio de dos infecciones adicionales. El análisis sugirió que la tasa de transmisión era en la actualidad de 1,8 transmisiones por paciente, lo que indica que el brote aún estaba en curso.
El intervalo de transmisión promedio se estimó en 6,7 meses. Los investigadores pudieron dividir el brote en tres clústeres distintos, que se originaron en 2010, 2011 y 2012, respectivamente.

Los pacientes tenían una edad media de 38 años y el 61% eran hombres. Casi todos (99%) eran blancos británicos. Hubo pruebas considerables de exclusión social, con un 40% de personas con antecedentes de encarcelamiento y un 45% con pérdida de hogar (véase La Noticia del Día 21/09/2017). Los anticuerpos del VHC estaban presentes en el 98% de las personas y el 71% tenían infección crónica por el VHC.

Más de un tercio de las personas (37%) tenían características virales que sugerían que habían sido infectadas con el VIH en los últimos 12 meses.

El brote de VIH en la capital escocesa está siendo gestionado a través de la educación dirigida tanto a la población en situación de riesgo como a los proveedores de servicios, la mejora de los servicios para tratar la adicción, una mayor disponibilidad del servicio de intercambio de jeringuilla (por ejemplo, mayor disponibilidad nocturna) y una mejora del acceso a las pruebas del VIH así como una extensión de los servicios de apoyo al tratamiento precoz y la retención en la atención especializada. Según los investigadores, se necesita más investigación para demostrar si la falta de vivienda u otros factores de comportamiento han desempeñado un papel en el brote.

Entre los nuevos servicios desarrollados, se incluye el nombramiento de una enfermera especialista en virus de transmisión sanguínea para coordinar un equipo multidisciplinar, que busca de forma activa a las personas por la calle. Se han desarrollado estrechos vínculos con los servicios de tratamiento de la adicción con el objetivo de ayudar a garantizar que los pacientes estén vinculados a la atención del VIH. También se ha introducido un proyecto para dispensar terapia antirretroviral a través de farmacias comunitarias, especialmente a personas que reciben terapia de sustitución de opioides.

En total, el 91% de las personas reciben en la actualidad tratamiento antirretroviral y el 69% presentan una carga viral indetectable. Los servicios, por otra parte, se han desarrollado para satisfacer las necesidades de los pacientes sin hogar, incluyéndose una clínica dirigida por un consultor con visitas cada semana.

Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Ragonnet-Cronin M et al. Recent and rapid transmission of HIV among people who inject drugs in Scotland revealed through phylogenetic analysis. J Infect Dis, online edition. DOI: 10.1093/infdis/jiy130, 2018.

Metcalfe R et al. An outbreak of HIV amongst homeless people who inject drugs (PWIDs) – describing the epidemic and developing an innovative service model. Fourth Joint Conference of the British HIV Association (BHIVA) with the British Association for Sexual Health and HIV (BASHH), Edinburgh, April 2018, abstract 67.

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