Las mujeres con el VIH presentan unas tasas elevadas de trastorno por estrés postraumático

Miguel Vázquez
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Este problema puede desembocar en otros problemas como pérdida de citas médicas, mala adherencia a la medicación o comorbilidades mentales

Las mujeres con el VIH en EE UU presentan una prevalencia de trastorno por estrés postraumático (TEPT) cuatro veces superior a la media nacional, según las conclusiones de un pequeño estudio realizado en clínicas del VIH en zonas urbanas de EE UU y que fue presentado en la edición de 2017 del encuentro del Colegio Médico de Obstetras y Ginecólogos. En conjunto, el 43,1% de las participantes cumplieron los criterios diagnósticos de dicho trastorno en algún momento de su vida, mientras que la prevalencia nacional entre las mujeres está en torno al 10%. Además, una de cada cinco mujeres con el VIH presentaba el mencionado trastorno en ese momento.

En la presentación del estudio se afirmó que la ansiedad y la depresión son de 2 a 4 veces más habituales en personas con el VIH que sin el VIH y la prevalencia de violencia dentro de la pareja es más de dos veces superior a la prevalencia nacional en EE UU.

El equipo de investigadores llevó a cabo un estudio transversal que inicialmente pretendía determinar los hábitos de consumo de alcohol entre las mujeres con el VIH. Las participantes fueron inscritas en la clínica del VIH del hospital Johns Hopkins entre 2006 y 2010 y fueron sometidas a entrevistas clínicas estructuradas para el diagnóstico y  evaluación de desórdenes y problemas mentales (DSM-IV).

La mayor parte de las mujeres tenían unos perfiles similares: mujeres de etnia negra de mediana edad, sin empleo, con estudios secundarios (o inferiores) y que vivían por debajo del umbral de riesgo de pobreza. No se apreciaron diferencias estadísticamente significativas entre las mujeres en el estudio sin trauma, las mujeres con trauma, pero sin trastorno de estrés postraumático y las mujeres con TEPT en algún momento de la vida. Sin embargo, aproximadamente la tercera parte de las participantes con el trastorno de estrés postraumático presentaron una carga viral detectable, incluso aunque se les estuviera prescribiendo terapia antirretroviral.

Uno de los factores de predicción más sólidos de TEPT es haber tenido un trauma infantil o haber sufrido una agresión sexual. Hasta el 82,3% de las mujeres experimentaron al menos un trauma, siendo la violación el más frecuente (39,3% de las mujeres que afirmaron haber experimentado un trauma) y aproximadamente la cuarta parte de las mujeres sufrieron una violación o un abuso sexual antes de los 17 años. Esta cifra es muy superior a la proporción de 1 violación por cada seis mujeres observada entre la población general. La siguiente forma de trauma más habitual entre las mujeres del estudio fue el sufrir una agresión física y presenciar actos de violencia.

El equipo de investigadores afirmó que el TEPT en raras ocasiones se diagnostica de forma aislada y suele venir acompañado de desórdenes depresivos y de ansiedad graves o de trastornos bipolares. De estos, el trastorno depresivo de gravedad constituyó el diagnóstico psiquiátrico más habitual asociado al TEPT. Casi la mitad de las participantes presentaron un trastorno depresivo de importancia en algún momento de su vida y el 12,3% lo padecía en el momento del estudio.

Los autores expresaron su sorpresa por la tasa tan elevada de abusos sexuales observada entre la población del estudio y declararon que esto claramente tenía un efecto importante sobre las mujeres, por lo que resulta necesario implementar medidas para prevenir esto. Los autores del estudio también afirmaron que las características demográficas de las participantes las hacían vivir en un entorno muy estresante, incluso aunque ellas no hubieran sufrido personalmente ningún trauma. Incluso estudios recientes apuntan a que el mero hecho de vivir con el VIH durante mucho tiempo está relacionado con síntomas de malestar, depresión y ansiedad (véase La Noticia del Día 02/02/2017).

Los autores afirmaron que no creían que el personal sanitario estuviera haciendo un cribado de este problema de forma rutinaria y sin embargo, los datos sugieren que sería aconsejable hacerlo, especialmente en esta población. Por este motivo, en sus conclusiones, instaron a realizar una evaluación más cuidadosa del estrés comunitario como parte de una estrategia general de valoración para tratar este grupo en situación vulnerable y también hicieron un llamamiento a implementar intervenciones estructurales que pudieran ayudar a detectar y resolver problemas de índole social, económico, político y del entorno que estuvieran afectando de forma negativa tanto a las personas como a la comunidad en su conjunto.

Fuente: MedPage Today/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Ereme K, et al “An examination of posttraumatic stress disorder (PTSD) among women living with HIV (WLHIV)” American College of Obstetricians and Gynecologists 2017; Abstract 15OP.

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