El uso de lopinavir/ritonavir se asocia con problemas de erección entre hombres gais con el VIH de 45 años o más

Marta Villar
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Además, la alta prevalencia de depresión en este colectivo se relaciona con un menor deseo y satisfacción sexual

Los hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) mayores de 45 años que toman el inhibidor de la proteasa lopinavir potenciado con ritonavir (Kaletra®) como parte de su tratamiento para el VIH podrían experimentar con más frecuencia problemas para conseguir y mantener una erección que los que tienen un régimen antiretroviral basado en otros fármacos. Además, la alta prevalencia de depresión entre los hombres gais, bisexuales y otros HSH con el VIH se relaciona tanto con un menor grado de satisfacción sexual como con un menor deseo sexual en comparación con los  hombres gais, bisexuales y otros HSH seronegativos. Éstos son los principales resultados de un estudio presentado en la IX Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH (IAS, en sus siglas en inglés) que tuvo lugar en julio de 2017 en París (Francia).

Los resultados procedentes de estudios previos sugieren que la infección por el VIH se asocia con el incremento de problemas sexuales en los hombres, como por ejemplo dificultades para conseguir y mantener una erección o, en algunos casos, descenso del deseo sexual. Sin embargo, la mayoría de estos estudios no incluían un grupo control. Por otro lado, también se disponían de datos contradictorios respecto al efecto negativo sobre la función eréctil de los inhibidores de la proteasa (IP).

Por este motivo, con objeto de identificar los factores de riesgo asociados a los problemas sexuales en los  hombres gais, bisexuales y otros HSH con el VIH, un equipo de investigadores de Holanda utilizó datos procedentes de la cohorte AGEhIV (compuesta por personas de ambos sexos de mediana y avanzada edad, con y sin el VIH) para comparar la los resultados de salud de hombres de mediana edad con y sin el VIH.

El análisis contó con la participación de un total de 399  hombres gais, bisexuales y otros HSH con el VIH y de 366  hombres gais, bisexuales y otros HSH sin la infección. Todos los participantes tenían 45 años o más, con una mediana de edad de 53 años. La mayoría de los hombres con el VIH tomaban tratamiento antirretroviral y presentaban una carga viral indetectable.

A los participantes se les proporcionó un cuestionario para evaluar el funcionamiento sexual basado en el índice internacional de función eréctil (IIFE), donde se exploraban temas como la satisfacción sexual, el deseo sexual y la disfunción eréctil. Además, se recogieron datos relevantes del historial clínico del participante, como haber tenido o no un diagnóstico previo de sida, el recuento nadir de células CD4, la carga viral, el tiempo con carga viral indetectable, el número de años con la infección, el número de años en tratamiento, las comorbilidades, uso de medicación, depresión o fragilidad, entre otros factores que pueden afectar a la función sexual. Todos los datos para este análisis se recolectaron cuando los participantes se inscribieron en el estudio, entre 2010 y 2012.

Tras analizar los datos se halló que determinados factores fueron más habituales entre los hombres con el VIH que entre los seronegativos, como los problemas de función eréctil (13% frente 3,4%, p<0,001), la disminución del deseo sexual (7% frente 3,6%, p=0,033) y o el grado de insatisfacción sexual (17,8% frente 11,8%, p=0,019)

El problema de salud más común relacionado con los problemas de erección fue la depresión. Tras realizar un modelo de regresión logística multivariable teniendo en cuenta la edad, la etnia, el índice cintura-cadera, las comorbilidades, la depresión, la fragilidad, el uso de antidepresivos y el uso de medicamentos antihipertensivos, se comprobó que la infección por el VIH se siguió asociando de forma independiente con una disminución en la función eréctil (cociente de probabilidades ajustado [CPa]: 2,53; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,23-5,21), aunque no con la disminución del deseo sexual ([CPa]: 1,78; [IC95%]:0,81-3,91) o la disminución de la satisfacción sexual ([CPa]: 1,35; [IC95%]: 0,84-2).

El equipo de investigadores también comprobó que el uso de lopinavir/ritonavir (tanto en el pasado como en el momento) estuvo relacionado con un mayor riesgo de desarrollar problemas de erección ([CPa]: 3,20; [IC95%]: 1,52-6,75; ([CPa]: 4,71; [IC95%]: 1,90-11,71; respectivamente).

Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto que entre los HSH de 45 años o más, la infección por el VIH se asoció de manera independiente con una disminución de la función eréctil, mientras que la exposición a lopinavir pareció ser un factor de riesgo independiente de sufrir este problema.

Teniendo en cuenta estos resultados es recomendable que aquellos HSH con el VIH que tengan una vida sexualmente activa eviten el uso de este fármaco. Asimismo, dada la alta prevalencia de depresión en este colectivo y su afectación en la sexualidad urge incorporar la evaluación y el tratamiento de los problemas de salud mental en la atención médica.

Fuente: CATIE/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Dijkstra M, Van Lunsen RHW, Kooij KW, et al. HIV-1 status is independently associated with decreased erectile function among middle-aged men who have sex with men in the era of cART.  9th IAS Conference on HIV Science (IAS 2017), July 23-26, 2017, Paris. Abstract 3841

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