IAS 2011: Debilidad en mujeres postmenopáusicas con VIH

Francesc Martínez
Ver otras noticias

La condición física a los 56 años sería equivalente a la de la población femenina seronegativa de 70 años

Un estudio estadounidense presentado en la VI Conferencia sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH de la Sociedad Internacional del Sida (IAS, en sus siglas en inglés) ha mostrado unas tasas de debilidad física en mujeres con el virus de la inmunodeficiencia humana de alrededor de 56 años equiparables a las observadas en aquellas sin VIH de 70 años.

Esta tendencia ya había sido apreciada en hombres con anterioridad (véase La Noticia del Día 21/03/2011), y se había señalado el intervalo entre los 50 y los 70 años como aquel en el que se establecían las diferencias de forma más marcada.

En el presente estudio, que comparó los resultados de mujeres postmenopáusicas (36 con VIH y 26 no infectadas), se definió debilidad física como “un estado clínico de vulnerabilidad a los factores generadores de estrés, consecuencia de una disminución de la flexibilidad y de las reservas fisiológicas, y que conlleva una progresiva pérdida del mantenimiento del equilibrio homeostático”. De forma más pragmática, los investigadores consideraron que existía debilidad física siempre que estuvieran presentes un mínimo de tres de los siguientes factores:

* Baja fuerza de sujeción manual
* Lentitud al caminar
* Actividad física reducida
* Pérdida de peso no intencionada
* Síntomas de agotamiento

En promedio, las mujeres con VIH eran más jóvenes que aquellas no infectadas (56 y 59 años, de manera respectiva; p= 0,03) y tenían un peso inferior (71 y 79kg, respectivamente). Todas las participantes eran de etnia negra o latinoamericanas, con una proporción similar entre ambos grupos (de, aproximadamente, un 60% de latinoamericanas y un 40% de negras).

Otros factores semejantes entre los dos grupos fueron el promedio de años de menopausia al entrar en el estudio, la proporción de fumadoras, la de bebedoras, así como la de infectadas por el virus de la hepatitis C (VHC).

Dentro del grupo con VIH, las voluntarias habían sido diagnosticadas un promedio de 8,9 años antes de entrar en el ensayo. El 78% de ellas seguía terapia antirretroviral y la mitad había recibido el diagnóstico de sida. El promedio de linfocitos CD4 en el estudio era de 465 células/mm3 y el del recuento nadir, de 263 células/mm3.

La masa magra total fue parecida en ambos grupos -de una media de unos 45kg-, del mismo modo que la masa de las extremidades –de alrededor de 19kg-. También eran similares la masa grasa -cerca de 30kg- y la masa del tronco -de casi 15kg-. Sin embargo, el grupo con VIH mostraba valores significativamente inferiores a los del grupo sin VIH respecto al porcentaje de grasa corporal (36,7% y 40,9%, respectivamente; p= 0,03) y el de grasa en el tronco (37,3% y 42,0%, de forma respectiva; p= 0,02).

Cuatro de los cinco factores definitorios de debilidad física tuvieron una incidencia superior en el grupo con VIH: pérdida de peso no intencionada (18% y 4%, respectivamente), baja fuerza de sujeción manual (33% y 23%, de manera respectiva), síntomas de agotamiento (25% y 7%, respectivamente) y actividad física reducida (3% y 0%, de forma respectiva). Aunque ninguna de estas diferencias alcanzó valores significativos, en el caso de los síntomas de agotamiento la tendencia fue muy marcada (p= 0,09). Al ajustar los resultados en función del índice de masa corporal y la edad, la fuerza de sujeción manual fue significativamente inferior en mujeres con VIH (22,3 ± 1kg y 25,2 ± 1,5kg, de manera respectiva; p= 0,015).

En conjunto, cuatro mujeres del grupo con VIH (11%) y ninguna del grupo sin VIH presentaban debilidad física por contar con un mínimo de 3 de los 5 factores descritos con anterioridad.

Al analizar otros factores dentro del grupo con VIH, se observó que, respecto a las mujeres sin debilidad física, aquellas que sí la tenían mostraban unos índices superiores de masa corporal (31,3 ± 1,9 kg/m2 y 26,3 ± 0,8 kg/m2, de manera respectiva) y de cantidades de grasa total (30,1 ± 3,7kg y 22,8 ± 1,0kg, respectivamente).

Los autores destacaron que el porcentaje de debilidad física hallado en el grupo con VIH (del 11%) era similar al advertido en mujeres estadounidenses sin VIH de 70 años, quince años mayores que ellas.

Por este motivo, parece importante que los médicos especialistas en VIH incluyan en el seguimiento de las personas infectadas la medición de la fortaleza física y establezcan recomendaciones preventivas, como la realización de ejercicio o el establecimiento de pautas nutricionales adecuadas que permitan ralentizar la pérdida prematura de la condición física.

Fuente: NATAP.
Referencia: Ferris D, Zhang C, Dam T, et al. Early frailty in postmenopausal women with human immunodeficiency virus (HIV) infection. 6th IAS Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention. July 17-20, 2011. Rome. Abstract TUPE129.

Redes sociales

¿No quieres perderte nada?
Síguenos en todas las redes

Gilead
Janssen
MSD
ViiV
Gilead
Janssen
MSD
ViiV Healthcare
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Gilead
MSD