La mitad de las personas con el VIH de una cohorte italiana estarían en riesgo de padecer un evento cardiovascular grave

Francesc Martínez
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La mayoría de estas personas tendrían condiciones asociadas al envejecimiento tales como hipertensión y niveles altos de colesterol

Un estudio realizado con la participación de una amplia cohorte italiana de personas con el VIH seguidas desde el año 2004 ha evidenciado que, en la actualidad, la mayoría de los integrantes de la cohorte tendría hipercolesterolemia e hipertensión y que la mitad de estas personas se encontraría en alto riesgo de padecer un evento cardiovascular grave, como por ejemplo infarto de miocardio o apoplejía.

Hoy en día, más de la mitad de los fallecimientos entre personas en tratamiento antirretroviral son debidos a diversas enfermedades no relacionadas con el VIH, como por ejemplo cánceres no definitorios de sida y problemas cardiovasculares, hepáticos o renales. Muchas de estas patologías se asocian al envejecimiento, cuyas consecuencias se ven potenciadas y anticipadas en el contexto de la infección por el VIH (véase La Noticia del Día 27/04/2016).

Para investigar el grado en que las comorbilidades han ido aumentando de frecuencia entre personas con el VIH en los últimos años, los autores del presente estudio analizaron la prevalencia de comorbilidades en 2004 y 2014 entre integrantes de una amplia cohorte italiana. El análisis se hizo tanto en formato “cohorte cerrada” (en el que solo se incluyó a aquellos participantes de los cuales se dispusiera registros de 2004 y de 2014, comparando la evolución entre ambos cortes transversales) como en formato “cohorte abierta” en el que se compararon los resultados de todos aquellos integrantes de la cohorte en 2004 con los que formaban parte de ella en 2014.

El primero de los análisis llevado a cabo fue dentro de la “cohorte cerrada”, que estuvo formada por 1.517 personas (el 33% de las cuales eran mujeres) con una mediana de la edad de 51 años en 2014. En ese mismo año, el 13% de los participantes tenían de 61 años en adelante. El 43% de los participantes habían adquirido el VIH a través del uso de drogas inyectables, el 23% por relaciones heterosexuales y el 27% eran hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH). En el año 2004, el 21% de los integrantes de la cohorte cerrada no tomaban terapia antirretroviral.

La mediana del recuento de CD4 pasó de 507 células/mm3 a 706 células/mm3 entre 2004 y 2014. En 2014 el 92% de los participantes tenía un recuento de CD4 superior a 350 células/mm3.

La prevalencia de obesidad no aumentó significativamente, mientras que el descenso de población fumadora sí que fue significativo (pasó del 55% al 46%; p <0,001). En 2004, el 34% de la cohorte no consumía alcohol mientras que en 2014 dicho porcentaje disminuyó hasta el 19% (p <0,001). La prevalencia de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) fue elevada (en 2014 un tercio de las personas presentaban dicha coinfección). En ese mismo año, el 5% de los integrantes de la cohorte obtuvieron resultados positivos a la prueba de detección del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg, en sus siglas en inglés).

Algunas comorbilidades incrementaron su prevalencia entre 2004 y 2014. Así, los casos de insuficiencia renal (definida como una tasa de filtración glomerular [TFG] inferior a 60 mL/min) pasaron de afectar al 5% de los participantes a afectar al 30% (p <0,001).

En la misma línea, tener una enfermedad cardiovascular (definida como haber sufrido un infarto de miocardio, apoplejía o procedimiento coronario invasivo) fue una condición que pasó de afectar al 18% de la cohorte a hacerlo al 32% (porcentaje muy elevado para una cohorte con una mediana de edad de 51 años).

La prevalencia de dislipemia (tener niveles de colesterol total superiores a 6,2 mmol/L, de colesterol HDL  inferiores a 0,9 mmol/L o de triglicéridos superiores a 2,3 mmol/L en el año previo) pasó del 75% en 2004 al 91% en 2014. La prevalencia de hipertensión pasó del 67% en 2004 al 84% en 2014 (p <0,001).

A partir de todos estos datos, según la escala D:A:D, se consideró que entre los integrantes de la cohorte cerrada el porcentaje de personas con alto riesgo de evento cardiovascular pasó del 20% en 2004 al 50% en 2014 (p <0,001).

En cuanto a la cohorte abierta, esta estuvo formada por 3.688 personas que estaban siendo atendidas en 2004 y otras 6.679 que lo estaban siendo en 2014. Esta cohorte incluyó a todas las personas de la cohorte cerrada.

Durante el periodo de 10 años evaluado, el porcentaje de personas que se habían infectado por el VIH debido al uso de drogas intravenosas disminuyó desde el 32% hasta el 11%, el porcentaje de mujeres cayó del 32% al 22% y la coinfección por el VHC pasó de afectar al 37% de los participantes a afectar a solo el 13% (p <0,001 en los tres casos).

El porcentaje de fumadores disminuyó desde el 54% hasta el 37%. La mediana de la edad de la cohorte abierta pasó de los 41 a los 44 años entre 2004 y 2014.

Al contrario de lo observado en la cohorte cerrada, la prevalencia de la mayoría de las comorbilidades evaluadas disminuyó entre 2004 y 2014. No se observaron incrementos en la prevalencia de insuficiencia renal y solo ligeros aumentos aumentos de riesgo cardiovascular.

Los mayores incrementos en los casos de insuficiencia renal y de riesgo cardiovascular en la cohorte abierta se observaron en personas que ya se encontraban en tratamiento un año antes de su entrada en la cohorte, lo que apuntaría a una posible vinculación entre el tratamiento antirretroviral y el daño renal y cardiovascular, aunque el estudio no analizó vinculaciones específicas entre fármacos concretos.

Los resultados del presente estudio muestran el elevado riesgo cardiovascular experimentado por aquellas personas con infección por el VIH de largo recorrido, asociado claramente a un elevadísimo impacto de comorbilidades asociadas al envejecimiento tales como insuficiencia renal, dislipemia o hipertensión. Dichas comorbilidades afectarían a estas personas mucho más que a personas sin el VIH de edades similares, reafirmando la hipótesis del envejecimiento prematuro asociado al VIH. Los resultados de la cohorte abierta nos muestran los cambios que ha experimentado en occidente la epidemia durante los últimos años –donde los nuevos casos de infección por el VIH afectan mayoritariamente a hombres gais, bisexuales y otros HSH- y –posiblemente- los retos de futuro que pasarían por el desarrollo de tratamientos con menor toxicidad a largo plazo que los utilizados hasta 2014 (algo en lo que parece que se va en la buena línea).

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: D’Arminio Monforte A et al. Evolution of major non-HIV-related comorbidities in HIV-infected patients in the Italian Cohort of Individuals Naïve for Antiretrovirals (ICONA) Foundation Study cohort in the period 2004-2014. HIV Medicine, advance online publication, November 2018.

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