AIDS 2020: Las personas con el VIH en tratamiento ganarían peso más rápidamente que aquellas no infectadas

Francesc Martínez
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Comenzar a tomar el medicamento antirretroviral tenofovir alafenamida favorecería un rápido aumento de peso

Dos estudios presentados en la 23 edición de la Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2020), que se está celebrando esta semana de forma virtual dadas las restricciones derivadas de la pandemia de COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por coronavirus 2019) han investigado el aumento de peso en personas con el VIH. Uno de ellos ha concluido que el aumento de peso es más rápido en personas con el VIH que en aquellas no infectadas, mientras que el otro ha hallado que pasar a tomar el antirretroviral tenofovir alafenamida (TAF, en Descovy®, Genvoya®, Biktarvy®, Odefsey® y Symtuza®) produciría un rápido aumento de peso independientemente del tratamiento antirretroviral que se estuviera tomando antes del cambio.

El aumento de peso tras el inicio del tratamiento antirretroviral ha sido descrito en numerosas ocasiones, especialmente tras la llegada de los inhibidores de la integrasa (véase La Noticia del Día 05/11/2019 ). Entre las posibles causas que se han apuntado para la relación entre inhibidores de la integrasa y un aumento de peso se encuentran cambios en el tejido adiposo, aunque no hay evidencias firmes al respecto. Además de esta familia de fármacos, el aumento de peso también se ha vinculado a iniciar el tratamiento antirretroviral con niveles de CD4 más bajos y cargas virales más altas, hecho que podría vincularse a cierto efecto a nivel del almacenamiento de la grasa por causa de los cambios en el sistema inmunitario por el inicio del tratamiento antirretroviral. La última vinculación entre antirretrovirales y aumentos de peso ha tenido relación con tratamientos basados en TAF (véase La Noticia del Día 11/11/2019).

Para arrojar más luz a este asunto, un equipo de investigadores contó con la participación de 6.919 personas con el VIH –pertenecientes a la cohorte OPERA estadounidense– y carga viral inferior a 200 copias/mL que habían cambiado tratamientos basados en tenofovir disoproxilo fumarato (TDF, especialidad farmacéutica genérica [EFG], Viread®, en Truvada®, Atripla®, Eviplera® y Stribild®) por tratamientos basados en TAF.

El 80% de los participantes eran hombres, el 40% de origen afroamericano y el 25% de origen latinoamericano.

En el análisis, el cambio a TAF se estratificó en tres grupos en función de la familia del antirretroviral a combinar con los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido o nucleótido (ITIN/ITINt). Un total de 1.454 participantes continuaron tomando un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleótido (ITINN), 747 continuaron tomando un inhibidor de la proteasa (IP), 3.288 continuaron tomando un inhibidor de la integrasa y 1.430 cambiaron de un fármaco de otra familia a un inhibidor de la integrasa. No hubo diferencias significativas entre los grupos estratificados en el plano sociodemográfico.

Los investigadores construyeron un modelo de paciente “promedio” de la población analizada, que fue definido como un hombre no afroamericano con un índice de masa corporal (IMC) de 27 Kg/m3, unos niveles de CD4 de 70 células/mm3 y sin problemas metabólicos o tratamientos concomitantes que pudieran condicionar aumentos o pérdidas de peso.

El paciente promedio de la cohorte ganaba 420g de peso por año (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 260-590) con TDF, mientras que nueve meses después del cambio a TAF su aumento de peso había sido de 2,64Kg (IC95%: 2,26-3,01), tras los cuales el aumento pasó a ser de 290g anuales (IC95%: 80-510).

Los investigadores no hallaron diferencias significativas entre los diversos grupos de participantes, por lo que el tratamiento previo y/o el posterior al cambio no condicionaron los aumentos de peso observados tras pasar a TAF. En todos los grupos se observó un aumento de peso notable en los primeros 9 meses y una subsiguiente estabilización.

El segundo estudio presentado se centró en comparar los aumentos de peso en personas con el VIH en tratamiento antirretroviral con los de personas sin el VIH. Para ello, investigadores estadounidenses contaron con los datos procedentes del consorcio hospitalario Kaiser Permanente de personas atendidas en 4 estados de EE UU.

Para el estudio seleccionaron a todas aquellas personas con el VIH de la base de datos que iniciaron el tratamiento antirretroviral entre los años 2006 y 2016 y –como grupo control– seleccionaron a 10 personas sin el VIH por cada persona con el VIH incluida con características demográficas similares a ella.

La población del estudio estuvo formada por 8.256 personas con el VIH y 129.966 personas sin el VIH que actuaron como controles. Las personas con el VIH tenían una mediana de edad de 41 años, el 88% eran hombres, el 36% blancos, el 26% eran de origen afroamericano, el 26% de origen latinoamericano y el 6% eran originarios del área geográfica Asia-Pacífico. El 11% tenían consumo problemático de alcohol y el 16% consumo problemático de drogas recreativas.

Al inicio del estudio, las personas con el VIH y aquellas no infectadas presentaban porcentajes similares de personas en las distintas categorías definidas por el IMC a excepción de la obesidad (IMC superior a 30 Kg/m2), que estaba presente en el 37% de las personas sin el VIH y en el 18% de aquellas con el VIH. En ese mismo momento, el IMC promedio era de 25,8 Kg/m2 en el grupo con el VIH y de 28,7 Kg/m2 en el grupo de personas sin el VIH (p <0,001).

Durante los 12 años de seguimiento, las personas con el VIH aumentaron de peso a casi tres veces la velocidad observada en aquellas no infectadas (220g por año y 90g por año en los grupos con y sin el VIH, respectivamente; p <0,001). Esto hizo que los IMC promedio, inicialmente mayores en el grupo sin el VIH, se igualaran al final del seguimiento. La diferencia en la velocidad de ganancia de peso se mantuvo significativa en todos los grupos definidos por IMC a excepción del de personas con obesidad.

Los presentes estudios ponen sobre la mesa el problema del aumento de peso en personas con el VIH. Cabe destacar que muchas de las comorbilidades más prevalentes en personas con el VIH que en la población general –como por ejemplo aquellas de tipo cardiovascular– ven empeorado su pronóstico por causa del sobrepeso. Por ello, el manejo de los distintos factores implicados en el aumento de peso en personas con el VIH –como la selección del tratamiento antirretroviral o, especialmente, aquellos de tipo modificable tales como la dieta o el ejercicio físico– será esencial para poder mantener un buen estado de salud a medida que se envejece.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Silverberg M et al. Changes in body mass index over time in persons with and without HIV. 23rd International AIDS Conference, abstract 8747, 2020.

Mallon P et al. Weight gain before and after switch from TDF to TAF. 23rd International AIDS Conference, abstract 3
283, 2020.

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