El estigma y la discriminación tienen un gran impacto negativo en el acceso a los servicios del VIH en Europa

Marta Villar
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Los hombres gais, bisexuales y otros HSH, las personas usuarias de drogas inyectables y las personas que ejercen el trabajo sexual son los grupos más afectados

Dos de cada tres países de Europa y Asia Central reconocen que el estigma y la discriminación que sufren las poblaciones más vulnerables suponen una barrera en el acceso a los servicios de prevención y detección del VIH. Esta es una de las conclusiones que se desprende del informe que el Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha presentado recientemente en Estocolmo (Suecia).

En el año 2004, bajo el mandato de la presidencia irlandesa del consejo de la Unión Europea, cuarenta y ocho países se unieron y adoptaron la Declaración de Dublín para luchar contra el VIH/sida en Europa y Asia Central. Desde el año 2009, el ECDC es el responsable de su seguimiento e implementación.

Uno de los objetivos de la Declaración de Dublín consiste en registrar en qué medida el estigma y la discriminación afectan al acceso y la cobertura en materia de prevención del VIH, así como a la realización de pruebas y el acceso al tratamiento en las poblaciones clave. Cabe señalar que pueden existir diferencias en las definiciones que los distintos países utilizaron para los conceptos de estigma y discriminación ya que no se les pidió información detallada o ejemplos que apoyaran sus respuestas. Así pues, este informe trata de ofrecer una visión generalizada de la situación más que una comparación sistematizada entre países. En el presente informe se presentan los datos recogidos hasta el año 2016.

Más de la mitad de los 48 países que participaron en el informe comunicaron que el estigma y la discriminación son un obstáculo que dificulta la aceptación de los servicios del VIH por parte de los hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con otros hombres [HSH] (34 países); de las personas usuarias de drogas inyectables (29 países); de las personas que ejercen el trabajo sexual (29 países); y de las personas privadas de libertad (26 países). Una proporción similar de países reportaron que el estigma y la discriminación representan una barrera en la aceptación de los servicios de detección por parte de estas poblaciones clave.

Además, más de la mitad de los 48 países señalaron que el estigma y la discriminación de los profesionales de la salud hacia las poblaciones clave supone una barrera en la aceptación de los servicios de prevención del VIH por parte de los hombres gais, bisexuales y otros HSH (31 países); de las personas que ejercen el trabajo sexual (29 países); y de las personas usuarias de drogas inyectables (28 países). Un número menor de países, aunque significativo, comunicó que el estigma y la discriminación representan una barrera en la aceptación de la realización de la prueba del VIH por parte de las misma poblaciones clave.

Otra de las conclusiones del informe es que el estigma y la discriminación contribuyen a un diagnóstico tardío del VIH.

Además, una proporción considerable de países en la región comunicaron que el estigma y la discriminación entre los profesionales sanitarios representa una barrera que dificulta la provisión de servicios de prevención del VIH a los hombres gais, bisexuales y otros HSH (65% de los países); a las personas usuarias de drogas inyectables (62% de los países); a las personas que ejercen el trabajo sexual (56% de los países); y a las personas privadas de libertad (48% de los países). Una tasa menor, aunque significativa, de países informaron que el estima y la discriminación entre los profesionales sanitarios era un obstáculo para la provisión de servicios de detección del VIH a los hombres gais, bisexuales y otros HSH (50% de los países); a las personas que ejercen el trabajo sexual (46% de los países); a las personas usuarias de drogas inyectables (42% de los países); y a las personas privadas de libertad (31% de los países).

Finalmente, el estigma y la discriminación entre el personal sanitario también representa una barrera para vincular a las personas diagnosticadas del VIH a la atención especializada y el tratamiento. De nuevo, esto afecta de manera diferente a las diferentes poblaciones clave. En este caso, el 33% de los países refieren que representa una barrera para las personas usuarias de drogas inyectables; el 27%, para los hombres gais, bisexuales y otros HSH; y el 27%, para las trabajadoras sexuales.

Según los datos recogidos en el presente informe, se pone de manifiesto que el estigma y la discriminación que sufren las poblaciones clave y las actitudes discriminatorias del personal sanitario hacia dichos colectivos son factores que limitan los esfuerzos para incrementar la provisión y cobertura de los servicios de prevención del VIH y de realización de pruebas, así como para disminuir la tasa de diagnósticos tardíos.

Algunas de las acciones prioritarias encaminadas a acabar con el estigma y la discriminación deberían centrarse en el desarrollo y la aplicación de estrategias más efectivas dirigidas a las poblaciones clave, especialmente en los servicios de salud y en colaboración con las organizaciones comunitarias.

Fuente: ECDC/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: European Centre for Disease Prevention and Control. Evidence brief: Impact of stigma and discrimination on access to HIV services in Europe. Monitoring implementation of the Dublin Declaration on partnership to fight HIV/AIDS in Europe and Central Asia. Stockholm: ECDC; 2017.

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