Nueva York regulará la educación obligatoria en salud sexual en la formación de los profesionales sanitarios

Jordi Piqué
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De aprobarse la ley, la formación, que será obligatoria también para los médicos en ejercicio, resultará crucial para abordar la desconfianza y la discriminación que continúan experimentando las comunidades más afectadas por VIH e ITS

Un importante elenco de organizaciones, expertos y activistas del VIH y de la salud sexual de Nueva York y EE UU se reunieron el pasado 22 de abril para mostrar su apoyo e instar la aprobación del proyecto de ley A3864 del Estado de Nueva York (EE UU), que exigirá a los médicos formación en salud sexual –que incluirá cómo hablar a los pacientes sobre sexo, infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH– así como formación precisa sobre atención a las personas que sufren discriminación por motivos de raza, estado serológico al VIH, sexo y sexualidad, entre otras desigualdades. El proyecto de ley pretende subsanar la laguna de formación de los médicos en salud sexual que tanto dificulta la interacción y confianza recíproca con los pacientes.

Entre los expertos y activistas del VIH y de la salud sexual de EE UU, y de todo el mundo, se han venido constatando a lo largo del tiempo importantes lagunas de formación entre los médicos y otros profesionales de la salud a la hora de hablar de la sexualidad con sus pacientes, lo que interfiere y dificulta que reciban una atención adecuada. Muchas personas pertenecientes a la comunidad LGTBIQ, afectada de manera desproporcionada por el VIH, albergan una profunda desconfianza hacia el sistema sanitario estadounidense, que se han visto empañado por una larga historia de discriminación y falta de respeto. No se puede esperar que las personas en un mayor riesgo de exposición al VIH y otras ITS acudan y se mantengan en la atención sanitaria cuando todavía existe un alto riesgo de humillación o discriminación absoluta debido a la incomodidad e inexperiencia del profesional de la salud.

Para intentar ofrecer una solución a esta problemática, diversas organizaciones, expertos y activistas del VIH y la salud sexual de Nueva York y EE UU se reunieron en una conferencia virtual, convocada por el Centro para la Legislación y la Política del VIH (CHLP, en sus siglas en inglés), para mostrar su apoyo al proyecto de ley 3864 de la Asamblea del Estado de Nueva York (EE UU), que aborda el déficit que tienen los profesionales de la salud en materia de salud sexual, y que es un impedimento para la prevención y el diagnóstico del VIH y otras ITS y para la implicación de los pacientes en la atención de su salud. Se trata de exigir por ley una formación continua en salud sexual a los médicos.

Entre los expertos convocados se encontraban representantes de la Academia Americana de Medicina del VIH (AAHIVM, en sus siglas en inglés), el Gay Men’s Health Crisis (GMHC) y la Campaña de Acceso a la Prevención, entre otros.

El llamamiento para que se apruebe la ley se produce en un momento en el que los profesionales de la atención sanitaria de EE UU -incluso dentro del mundo del VIH- han comenzado a expresar  sus dudas a la hora de hablar del efecto preventivo del tratamiento antirretroviral en la transmisión del VIH, lo que se conoce como ‘Indetectable es igual a Intransmisible’ (I=I).

El proyecto del Departamento de Salud de Nueva York para acabar con la epidemia de VIH ha identificado explícitamente que la formación cultural y sexual del personal sanitario es un elemento fundamental que se debe abordar. Los beneficios del tratamiento precoz del VIH y las ITS son evidentes, pero los avances en el tratamiento se ven comprometidos por la falta de voluntad de los profesionales para hablar con sus pacientes sobre salud sexual. Las consecuencias de que los sanitarios eviten las conversaciones sobre salud sexual son enormes.

A pesar de la magnitud de la epidemia de VIH e ITS en Nueva York, los médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud no están obligados a conocer aspectos básicos sobre sus posibles pacientes. Los expertos en medicina, derechos civiles y salud pública están preocupados por la forma en que el estigma del VIH agrava los ya existentes casos de desconfianza entre el personal médico y las mismas comunidades con las que más necesario resulta acceder. Por ejemplo, los profesionales médicos experimentan una gran inseguridad cuando tratan a pacientes trans. Esa incertidumbre se puede convertir en malestar y discriminación, con consecuencias negativas para la salud y el bienestar de los pacientes.

Un pilar fundamental de la estrategia para acabar con la epidemia de VIH –de acuerdo con los objetivos de la ONUSIDA de poner fin a esta epidemia como amenaza de salud pública para 2030–  es incrementar las pruebas de cribado. Sin embargo, a pesar de décadas de inversión en la ampliación de los programas de pruebas del VIH en EE UU, muchos de los médicos siguen sin ofrecer el test del VIH. Incluso existe cada vez más un mayor número de médicos que se sienten incómodos hablando de sexo y sexualidad, especialmente con personas cuya identidad de género y orientación sexual difieren de la “norma” heterosexual.

La salud sexual es un estado de bienestar psicosocial que implica diferentes dimensiones y constituye un elemento intrínseco de la salud humana. Nueve de cada diez pacientes verían con buenos ojos que los médicos les preguntaran sobre su salud sexual, pero muchos de ellos expresan su incomodidad a la hora de mantener estas conversaciones. Los médicos se sienten especialmente contrariados preguntando a los pacientes mayores sobre sexualidad. De hecho, las personas mayores y sus médicos son menos propensos a hablar de las pruebas del VIH y de las conductas sexuales o de consumo de drogas, a pesar de que representan casi uno de cada seis diagnósticos de VIH.

La mayor parte de las enfermedades de transmisión sexual son fáciles de diagnosticar y tratar, pero siguen siendo una epidemia en el país norteamericano. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) estima que se producen 26 millones de nuevas infecciones de transmisión sexual (ITS) en EE UU cada año, y más de la mitad de ellas se producen entre jóvenes de 15 a 24 años. Algo más de una quinta parte de los diagnósticos de VIH en EE UU corresponden a jóvenes de entre 13 y 24 años, el grupo más difícil de retener en la atención sanitaria.

Las ITS son responsables de casi 16.000 millones de dólares en costes médicos directos de por vida. Si no se tratan, pueden aumentar el riesgo de infección por el VIH y causar otros problemas médicos, como la infertilidad y los problemas durante el embarazo. Los programas voluntarios para aumentar la capacitación de los profesionales de la salud en materia de sexualidad, orientación sexual e identidad de género no han conseguido aumentar de forma apreciable la competencia de los médicos para atender las necesidades de muchas comunidades afectadas por las ITS y el VIH. La educación obligatoria sobre aspectos básicos de la sexualidad, el género y la salud sexual es una solución de sentido común.

Como conclusión, los ponentes señalan que la ley A3864 del Estado de Nueva York proporcionará a los médicos la herramienta que necesitan para implicarse de forma adecuada con la atención de sus pacientes y hacer que estos se sientan cómodos. La formación de los médicos es clave para proporcionar una atención centrada en el paciente y toda su experiencia humana. De aprobarse esta ley, Nueva York puede hacer historia, convirtiéndose en el primer estado del país que vincula la licencia y la certificación médica a una formación continua fundamental que salvará vidas y transformará las relaciones entre el paciente y el profesional donde más importa.

Fuente: CHLP / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: CHLP. To End the HIV Epidemic, Health Care Professionals Need Sexual Health Literacy. News Conference: Advocates Celebrate A3864 and Call for Sexual Health Literacy for Medical Professionals. April, 2021.

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