El estudio también constató que el uso de lopinavir/ritonavir estuvo relacionado con una mayor posibilidad de presentar una disfunción eréctil
La infección por el VIH podría provocar una disminución de la función eréctil en hombres gais y hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH) que viven con el virus y que tienen 45 años o más. Éstas son las conclusiones de un estudio holandés presentado durante la IX Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH (IAS, en sus siglas en inglés) que tuvo lugar a finales del pasado mes de julio en París (Francia). Además, aquellos que actualmente reciben tratamiento con lopinavir/ritonavir (Kaletra®) tendrían mayores probabilidades de sufrir este problema.
No es ninguna sorpresa constatar que la infección por el VIH puede conllevar dificultades en la vida sexual de las personas que viven con el virus. De hecho, en estudios previos ya se observó una disminución de la función sexual en personas infectadas por el VIH en comparación con la población seronegativa. Se calcula que entre un 20 y un 70% de las personas con el VIH experimentan algún tipo de estas disfunciones, entre las que cabe destacar la disminución del deseo sexual o la dificultad para lograr la erección, la eyaculación o el orgasmo. Algunos de los factores potencialmente implicados en estos trastornos son los problemas psicológicos asociados a la infección, el efecto del propio VIH, el uso de ciertos medicamentos antirretrovirales (algunos estudios han sugerido que el empleo de inhibidores de la proteasa podría generar disfunción sexual) o el déficit de testosterona (véase La Noticia del Día 23-06-2010).
Con el objetivo de determinar si el hecho de estar infectado por el VIH permite predecir un deterioro en la función sexual de los HSH y los factores asociados a esta disminución, un equipo de investigadores de la Cohorte holandesa AGEhIV llevaron a cabo un estudio comparativo entre HSH que viven con y sin el VIH.
La Cohorte AGEhIV cuenta con unas 600 personas (hombres y mujeres) mayores de 45 años sin el VIH más un número similar de personas que viven con esta infección. Para realizar el estudio, los investigadores contaron con la participación de 366 HSH sin el virus y de 399 HSH infectados los cuales respondieron un cuestionario estandarizado de tres ítems a fin de evaluar la disfunción eréctil (IIEF, por sus siglas en inglés). Además, los inscritos respondieron cuestiones relacionadas con la satisfacción de su vida sexual y preocupaciones con relación a la inhibición del deseo sexual respecto a las últimas cuatro semanas.
La media de edad para el grupo compuesto por hombres sin el VIH fue de 52,3 años y de 53,6 para el brazo de hombres que viven con la infección. El 95% de los hombres seropositivos estaban recibiendo tratamiento antirretroviral y, de ellos, el 97% presentaban la carga viral indetectable.
Tras realizar el análisis de los datos recogidos se observó que un número significativamente mayor de hombres con el VIH mostró disfunción eréctil en relación con aquellos que no presentaban el virus (13% frente 4%, p< 0,001), una menor satisfacción con su vida sexual (18% frente 12%, p= 0,02) y una menor libido (entorno al 7% frente al 4%, p= 0,03).
A la hora de analizar los datos, el equipo de investigadores utilizó diferentes modelos de regresión logística multivariable. En uno de ellos, en el que se tuvieron en cuenta la edad y etnia, se relacionó la infección por el VIH con la aparición de disfunción eréctil (cociente de probabilidades ajustado [CPa]: 4,1) así como con la disminución del deseo sexual ([CPa]: 1,9; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,0).
En un segundo análisis y tras ajustar las variables de edad, etnia, relación cintura-cadera, número de comorbilidades relacionadas con la edad, depresión, fragilidad, uso de antidepresivos o antihipertensivos, la infección por el VIH continuó teniendo un impacto en la función eréctil ([CPa]: 2,5) pero no sobre el deseo o la satisfacción sexual.
En otro de los análisis donde se consideró solamente al brazo que incluía a hombres seropositivos, una vez descartado el efecto de la fragilidad y número de comorbilidades relacionadas con la edad, se encontró una asociación significativa entre el tiempo con un recuento de células CD4 inferior a 200 células/mm3 y la disminución de la función eréctil ([CPa]: 1,2 por año; [IC95%]: 0,9-1,4). En este mismo análisis no se halló relación alguna entre los años viviendo con el VIH, el recuento nadir de células CD4, la duración de la carga viral indetectable, la viremia, el número de años tomando tratamiento antirretroviral, el diagnóstico de sida ni la disfunción eréctil.
En un último análisis se observó una tendencia entre el uso anterior de lopinavir/ritonavir y el descenso de la función eréctil. Sin embargo, el uso de dicho fármaco en ese momento aumentó las probabilidades de experimentar disfunción eréctil en los tres modelos multivariables ([CPa]: entre 4,3 y 5,6).
El equipo de investigadores concluyó que la infección por el VIH está asociada con la disfunción eréctil en los hombres gais y hombres que tienen sexo con otros hombres de 45 años de edad o más. Según los expertos, la mayor prevalencia de insatisfacción sexual en este grupo puede deberse a la elevada prevalencia de depresión, fragilidad y comorbilidades relacionadas con la edad.
El presente estudio pone de manifiesto la alta prevalencia de dificultades sexuales entre los HSH mayores de 45 años que viven con el VIH. Dado que los problemas de tipo sexual tienen un gran impacto sobre la calidad de vida y la autoestima, urge tener en cuenta la esfera sexual en el tratamiento y seguimiento de las personas que viven con el VIH.
Fuente: NATAP/ Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Dijkstra M, van Lunsen RHW, Kooij KW, et al. HIV-1 infection and sexual functioning among middle-aged men who have sex with men. 9th IAS Conference on HIV Science (IAS 2017), July 23-26, 2017, Paris. Abstract WEAB0104.
