Brotes recientes de VIH en algunos países europeos estarían relacionados con el uso de estimulantes por vía inyectada

Jordi Piqué
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Aunque la heroína y otros opiáceos continúan siendo las drogas inyectadas con más frecuencia, en algunos países europeos se ha registrado el empleo de cocaína, anfetaminas y catinonas sintéticas por vía intravenosa

El Observatorio Europeo sobre Drogas y Toxicomanías (EMCDDA, en sus siglas en inglés) ha publicado su último informe actualizado (en concreto, hasta febrero de 2019) sobre enfermedades infecciosas asociadas al uso de drogas en Europa. El informe ofrece una visión general de los datos más recientes sobre vigilancia de enfermedades infecciosas, investigaciones de brotes y medidas de prevención y control entre los usuarios de drogas inyectables (UDI) en Europa.

El informe describe a la población UDI de Europa en cuanto a número de personas y sus principales prácticas de inyección. Aunque la evidencia aportada por los centros que ofrecen tratamiento a personas con problemas asociados al consumo de drogas sugiere que la prevalencia de uso de drogas intravenosas está disminuyendo en la Unión Europea, Noruega y Turquía, las personas UDI se encuentran en una situación de alto riesgo de contraer virus a través de la sangre (VIH, virus de la hepatitis B [VHB] y C [VHC], etc.) y otras infecciones.

A partir de 2018, la prevalencia nacional estimada de uso de drogas inyectables osciló entre menos de un caso por 1.000 personas en Chipre, Países Bajos y España y más de 5 por 1.000 en República Checa, Estonia y Letonia. A pesar de que la heroína y otros opiáceos continúan siendo las drogas inyectadas con mayor frecuencia en Europa, en algunos países como República Checa, Francia, Hungría y Letonia se ha detectado también el uso de inyección de drogas estimulantes como la cocaína, las anfetaminas y las catinonas sintéticas. Se obtuvo la información sobre sustancias inyectadas a través del análisis en laboratorios del contenido residual de las jeringuillas usadas en 6 ciudades –Ámsterdam, Budapest, Glasgow, Helsinki, Lausana y París– y se encontró una alta proporción de jeringuillas que contenían restos de drogas estimulantes. Cabe señalar que la inyección de drogas estimulantes se ha asociado con formas de inyección de mayor riesgo y con una mayor prevalencia de prácticas sexuales de riesgo si se compara con la inyección de opioides.

El virus de la hepatitis C (VHC) es la infección por virus de la sangre más prevalente entre las personas UDI , y muchos países informan que la prevalencia de anticuerpos frente al VHC (un marcador de exposición al VHC) en este grupo supera el 50%. Asimismo, aunque la prevalencia del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (VHB) –un marcador de infección activa por el VHB– entre las personas que se inyectan drogas es inferior al 5% en la mayoría de los países europeos, todavía es más alta que en la población general, y eso a pesar de la disponibilidad de una vacuna eficaz. Además, las personas que permanecen infectadas de manera crónica por el VHB tienen un importante nivel de riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer, y pueden transmitir el virus a otras personas cuando comparten materiales inyectables que han estado en contacto con su sangre. En los cinco países de los que se tiene datos en el periodo 2016-2017 se estima que entre el 1,4% y el 9,4% de las personas UDI están actualmente infectadas por el VHB.

Respecto a la infección por el VIH en las personas que usan drogas inyectables en Europa, se registra una disminución general de casos, pero se detectan brotes relacionados con la inyección de drogas estimulantes. A pesar de que las personas que se inyectan drogas ahora representan una proporción menor de los nuevos casos de VIH en la Unión Europea, Noruega y Turquía (menos del 5% de todos los diagnósticos nuevos en 2017), las infecciones por el VIH relacionadas con el uso de drogas inyectables están siendo diagnosticadas tarde, y los brotes locales de VIH entre las personas que se inyectan drogas todavía están siendo registrados en algunos países europeos como Alemania, Lituania y Reino Unido. El diagnóstico tardío del VIH retrasa el inicio del tratamiento antirretroviral y aumenta el riesgo de morbimortalidad y transmisión de este virus.

En Alemania (concretamente en el área de Múnich) se registró un brote de VIH vinculado al uso por vía inyectada de catinonas sintéticas (alfa-PVP, PV8). La mayoría de personas infectadas en el brote de VIH estaban además coinfectadas por el VHC. Este brote incluido en el informe se suma a la lista de otros brotes recientes de VIH relacionados con un aumento en la inyección de drogas estimulantes: Dublín entre 2014-2015 (catinonas sintéticas tipo alfa-PVP); Luxemburgo en el periodo 2014-2017 (cocaína) y Glasgow durante 2015 (cocaína).

Poner fin a la epidemia de VIH y combatir las hepatitis víricas forma parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Para lograr este objetivo será necesario ampliar los servicios de reducción de daños ofrecidos a las personas que se inyectan drogas y el acceso al diagnóstico y tratamiento efectivo (terapia antirretroviral frente al VIH y tratamiento con antivirales de acción directa [DAA] frente al VHC).

A pesar de que las medidas de prevención como los programas de intercambio de jeringuillas y el tratamiento de sustitución con opioides son coste-efectivas, la cobertura nacional de estos programas continúa sin ser la más óptima en muchos países europeos. Los datos a nivel nacional de la cobertura de programas de intercambio de jeringuillas están disponibles para 16 países, de los cuales solo cuatro (Estonia, Finlandia, Luxemburgo y Noruega) alcanzan los niveles adecuados. Por su parte, en el conjunto de la Unión Europea aproximadamente la mitad de los usuarios de alto riesgo de opioides reciben el tratamiento de sustitución, pero los niveles de provisión siguen siendo bajos en muchos países europeos.

Aunque los datos disponibles sobre la cascada de atención del VIH para personas que se inyectan drogas son alentadores, todavía existen barreras en algunos países en la población UDI tanto para la realización de pruebas de cribado de la hepatitis C como para ofrecerles acceso al tratamiento con DAA frente al VHC. Solo en 4 de los 14 países que proporcionaron datos recientes, las personas encuestadas que recibieron tratamiento indicaron que se habían realizado pruebas del VHC en los 12 meses anteriores.

El informe del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (EMCDDA) concluye con un resumen de las últimas orientaciones en salud pública para entornos penitenciarios (véase La Noticia del Día 02/04/19 ) en el contexto de la prevención y el control de enfermedades infecciosas. La pobre infraestructura, el hacinamiento, las instalaciones sanitarias inadecuadas y el diagnóstico tardío continúan siendo los principales factores de riesgo de infección para la población reclusa en algunos países de la Unión Europea.

Se puede acceder al informe completo en inglés a través del siguiente enlace.

Fuente : Emcdda / Elaboración propia ( gTt-VIH ).
Referencia : Drug-related infectious diseases in Europe. Update from the EMCDDA expert network. June 2019. doi:10.2810/968461 TD-02-19-248-EN-N

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