Las duchas anales se asocian a un mayor riesgo de adquirir el VIH y otras ITS en hombres gais, bisexuales y otros HSH

Marta Villar
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Entre los motivos que explicarían este mayor riesgo se incluyen el daño que las duchas anales pueden provocar en la mucosa anorrectal, la eliminación de bacterias naturales protectoras y el uso compartido de los utensilios para realizar las duchas

Las duchas anales aumentan el riesgo de contraer el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) –como la hepatitis víricas y las infecciones bacterianas– en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH). Esta es la principal conclusión de un metaanálisis publicado recientemente en la revista Sexually Transmitted Infections.

Es bien sabido que el VIH y otras ITS afectan de forma desproporcionada a los hombres gais, bisexuales y otros HSH. Por ello, resulta crucial conocer los factores de riesgo que contribuyen a este mayor riesgo teniendo en cuenta la complejidad de los contextos en los que se producen las relaciones sexuales.

Las duchas anales, es decir, la introducción de un líquido como puede ser el agua del grifo a través de un utensilio para limpiar el recto antes o después del sexo anal, es una práctica común entre los hombres gais, bisexuales y otros HSH. Según las investigaciones, cerca de la mitad de los hombres gais, bisexuales y otros HSH de EEUU las practican. Se cree que esta práctica puede dañar el revestimiento interno del recto (mucosa anorrectal) facilitando la transmisión del VIH y otras ITS.

Estudios anteriores, en los que se ha evaluado la asociación entre las duchas anales y el riesgo de adquirir el VIH y otras ITS, han mostrado resultados contradictorios. Por ello, con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión, un equipo de investigadores de la Universidad de Guangzhou (China) llevaron a cabo una revisión sistemática de estudios que examinaban la relación entre duchas anales y la infección por VIH y otras ITS entre hombres gais, bisexuales y otros HSH.

Para ello se realizaron búsquedas en las bases de datos de Pubmed, Embase, Scopus y Web of Sciencie de estudios publicados entre enero de 1970 y noviembre de 2018. En total se identificaron 28 estudios publicados entre 1982 y 2018 que sumaban un total de 21.570 participantes. Casi la mitad de los estudios (46%) se había realizado en EEUU, poco más de un tercio (35%) en Europa y el resto en Sudamérica, África y Asia.

La mitad de los participantes (52%) informaron haber realizado duchas anales de los cuales el 52% refirió haber tenido relaciones sexuales anales sin preservativo recientemente y el 58% reportó un alto número de parejas sexuales recientemente.

Veinte de los estudios evaluaron la asociación entre duchas anales y la infección por el VIH en los que se halló una asociación positiva en 17 de ellos. De los 17 estudios que examinaron que la relación entre las duchas anales y otras ITS, tres de ellos encontraron que la ducha anal se asoció con un mayor riesgo de infección por el virus de la hepatitis B (VHB); un estudio con un mayor riesgo de infección por el virus de la hepatitis C (VHC); seis con un mayor riesgo de clamidia y gonorrea; un estudio con un mayor riesgo de sífilis y dos para múltiples ITS bacterianas y virales. Cinco de los estudios no hallaron ninguna asociación entre las duchas anales y las ITS examinadas.

Un total de 24 estudios (n=20.398 participantes) se incluyeron en el metaanálisis donde se halló que aquellos hombres que realizaron duchas anales tenían casi tres veces más de probabilidades de adquirir el VIH (cociente de probabilidades [CP]: 2,8; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,32-3,39), una asociación que se mantuvo estable tras ajustar por posibles factores de confusión ([CP]: 2,74; [IC95%]: 2,14-3,50).

Los 15 estudios que analizaron la asociación entre duchas anales y la adquisición de otras ITS hallaron que la práctica de las duchas anales se asoció con un aumento de más del doble en el riesgo de adquirir otras ITS distintas al VIH ([CP]: 2,46; [IC95%]: 1,95-3,11). Más concretamente, las duchas anales se asociaron con una probabilidad tres veces mayor de adquirir hepatitis B, hepatitis C, clamidia y gonorrea. Tras ajustar por posibles factores de confusión, las duchas anales continuaron asociándose con un aumento de más del doble de probabilidades de adquirir una ITS ([CP]: 2,27; [IC95%]: 1,70-3,04).

Según los investigadores, hay diferentes razones biológicas que explicarían esta asociación como el daño que las duchas anales pueden provocar en la mucosa anorrectal, la eliminación de bacterias naturales protectoras y el uso compartido de utensilios para realizar las duchas .

Los mismos investigadores señalan algunas limitaciones en el presente metaanálisis como el hecho de que los estudios incluidos no registran suficiente información sobre posibles factores de riesgo como la temporalización de las duchas anales (antes o después de las prácticas sexuales), tipo de líquidos y clase de utensilios para realizar las duchas. Por ello los expertos señalan la necesidad de realizar más estudios, así como de elaborar materiales de educación para la salud sexual que informen sobre el posible aumento de riesgo de adquirir el VIH u otras ITS si se realizan duchas anales.

Fuente: Aidsmap/Elaboración propia ( gTt-VIH )

Referencia: Li P et al. Association between rectal douching and HIV and other sexually transmitted infections among men who have sex with men: a systematic review and meta-analysis . Sex Transm Infect, doi.10.11/sextrans-2019-053964.

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