BHIVA: Primeros datos sobre el uso del kit de autorrealización de pruebas del VIH en Reino Unido

Miguel Vázquez
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Se anuncia la puesta en marcha de un estudio para valorar el impacto de los kits de autorrealización de pruebas sobre las tasas de nuevos diagnósticos y la conducta sexual

Entre abril de 2015 y febrero de 2016, se estima que unas 28.000 personas han adquirido un kit de realización de la prueba del VIH en el hogar, según una presentación realizada en el curso de la conferencia de la Asociación Británica del VIH (BHIVA, en sus siglas en inglés), que tuvo lugar recientemente en la ciudad de Manchester.

Hay que aclarar que, en Reino Unido, en ocasiones en el término de pruebas domésticas no solo se incluyen los kits de realización de prueba por la propia persona, sino también los de autoextracción de muestras (que luego se envían a un laboratorio de análisis). Distintos organismos, como la Terrence Higgins Trust o Test.HIV han promovido programas de toma de muestra por la propia persona (véaseLa Noticia del Día 08/04/2014).

Por el contrario, los kits de autorrealización de la prueba implican que la persona realice todo el proceso, desde la toma de muestra a la interpretación del resultado. En este país, los programas de toma de muestras por la propia persona son gratuitos, mientras que los de autorrealización de la prueba tienen que comprarlos los interesados.

En abril de 2015, la empresa BioSure obtuvo el permiso regulatorio para comercializar el kit de autorrealización de la prueba en Reino Unido (véase La Noticia del Día 28/04/2015) y desde entonces ha vendido 27.917 kits, de los cuales tres cuartas partes han sido comprados por hombres. El principal vehículo de comercialización de esta herramienta ha sido la aplicación Gindr. De hecho las ventas del kit se multiplicaron por cuatro tras la promoción en dicha aplicación de citas entre hombres gais y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH).

Tres cuartas partes de las ventas se hicieron a personas que no vivían en grandes ciudades y la mitad de las personas compradoras declararon que nunca se habían realizado una prueba del VIH con anterioridad. Hay que señalar que, en el caso de las personas que dieron positivo a la prueba realizada por ellas mismas, la confirmación del resultado la realizaron recurriendo a otros servicios de realización de pruebas, incluyendo los comunitarios.

La empresa comercializadora afirma que el número de falsos positivos que les han hecho llegar (seis) es muy inferior al esperado y representa el 0,02% respecto al total de kits comprados. Además, 12 personas afirmaron haber recibido un resultado no válido (es decir, que no pudieron completar la prueba y obtener un resultado). Aunque estos resultados parecen tranquilizadores, no hay que olvidar que corresponden a los datos que le constan a la empresa y que podría haber habido otros casos de los que no les llegó ningún aviso.

La acogida por parte de los usuarios ha sido positiva: el 97% declaró que volvería a utilizar la prueba de nuevo y el 98% afirmó que fue fácil de realizar. Las personas valoraron que el kit de autorrealización de la prueba les resultó discreto, simple y práctico.

En una sesión plenaria de la conferencia de la BHIVA, se afirmó que esta herramienta podría aumentar las tasas de realización de la prueba del VIH, al contribuir a eliminar barreras sociales y estructurales, como el tiempo y la distancia para acceder a los puntos de realización de las pruebas (algo especialmente relevante en el caso de personas que viven en áreas rurales). Los kits de autorrealización de la prueba parecen resultar atractivos para aquellas personas que valoran la privacidad, la confidencialidad y la autonomía y su uso podría ayudar a aumentar la frecuencia de realización de pruebas.

No obstante, esta estrategia de realización de pruebas por parte de la propia persona también entraña sus propios retos. El primero que viene a la mente es si las personas que reciben un resultado positivo acudirán a los servicios sanitarios para confirmar su resultado y ser derivadas a la atención médica en caso afirmativo. Además, un resultado positivo puede resultar un duro golpe para muchas personas, que no contarían con un apoyo de counselling como el que recibirían en una organización comunitaria. Por último, tampoco hay que olvidar que estas pruebas pueden ser utilizadas de forma coercitiva, obligando a someterse a ellas a personas que podrían no desear hacerlo en ese momento.

Además, estas pruebas del VIH tienen un periodo de ventana más prolongado que las de cuarta generación, lo que implica que las infecciones recientes podrían pasar desapercibidas, lo que resultaría especialmente problemático si estos resultados se usan a la hora de tomar decisiones sobre relaciones de riesgo.

Para intentar determinar si los aspectos beneficiosos de esta intervención superan los negativos o no, se prevé realizar un estudio denominado Pantheon en Reino Unido entre hombres gais y otros HSH. Su objetivo es determinar si facilitar el acceso a los kits de autorrealización de pruebas aumenta las tasas de diagnóstico de VIH, la frecuencia de realización de pruebas y el número de HSH que se someten a la prueba. El estudio también examinará el impacto de la autorrealización de la prueba sobre el comportamiento sexual.

Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Brady M et al. Self-testing for HIV: initial experience of the UK’s first kit. 22nd Annual Conference of the British HIV Association, Manchester, April 2016, abstract 19.
Rodger A and Brady M. DIY Testing. 22nd Annual Conference of the British HIV Association, Manchester, April 2016.

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