Un estudio no haya relación entre el uso de efavirenz y la depresión

Chris Gadd

Un equipo de investigadores franceses ha hallado que los pacientes que toman efavirenz (Sustiva) no tienen un riesgo más elevado de depresión que aquellos que han tomado un régimen basado en inhibidores de la proteasa durante tres años.

Sin embargo, los pacientes más jóvenes y aquéllos con una historia de depresión tuvieron más probabilidades de desarrollar depresión durante el estudio. Los resultados del estudio aparecen publicados en la edición del 15 de junio de Clinical Infectious Diseases.

Efavirenz es un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN) que se utiliza ampliamente para el tratamiento de la infección por VIH. Está bien demostrado que el fármaco tiene como efectos secundarios mareos, falta de concentración y trastornos del sueño en algunos pacientes, que son generalmente efímeros y transitorios.

Sin embargo, los estudios han proporcionado hallazgos contradictorios sobre una relación entre efavirenz y el desarrollo de depresión clínica. Algunos estudios han hallado tasas elevadas de depresión en pacientes que toman efavirenz, en cambio otros estudios que comparan efavirenz a otros fármacos anti-VIH han encontrado pocas diferencias en las tasas de depresión.

Con el fin de obtener más información sobre los efectos de efavirenz, investigadores de la Agencia Nacional de Investigación sobre el SIDA y las Hepatitis Virales (ANRS en sus siglas en inglés) llevaron a cabo un análisis de datos procedentes de un amplio estudio de distribución aleatoria con grupo control, llamado ALIZE-ANRS 099.

Este estudio examinó los efectos del cambio de una combinación de tratamiento anti-VIH de un inhibidor de la proteasa más dos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN) a una combinación de efavirenz, ddI (didanosina, VidexEC) y FTC (emtricitabina, Emtriva) en 178 pacientes. Los investigadores compararon los resultados de estos pacientes con los de 177 pacientes similares, que continuaron tomando su combinación de tratamiento basada en un inhibidor de la proteasa.

En las primeras 48 semanas del estudio, hubo 30 casos de trastornos depresivos, entre los que se incluyeron 26 casos de depresión y cuatro intentos de suicidio. Aunque estas tasas fueron elevadas, el trastorno depresivo se observó en un número similar de pacientes tanto en el grupo de efavirenz como en el de los inhibidores de la proteasa (8% frente a un 7%; p=0,56). Se detectó la depresión por medio de un sistema del ensayo para informar de efectos secundarios y se diagnosticó utilizando un cuestionario validado que los propios pacientes completaron.

En el brazo de efavirenz más pacientes interrumpieron el tratamiento (13% frente a 3%), pero esta diferencia se debió a que más pacientes sufrieron pesadillas, mareos y dolores de cabeza. Ningún paciente interrumpió el tratamiento a causa de la depresión.

En un análisis multivariable, los investigadores hallaron que ser de edad más joven y tener una historia de depresión se relacionaron con un riesgo más elevado de desarrollar depresión durante el estudio, y que este riesgo, en cambio, no se vio afectado por el tratamiento del paciente. Estas pautas ya han sido vistas en estudios previos.

Los hallazgos de los investigadores no se vieron afectados al ampliar el período de seguimiento de uno a tres años. Además, a un número similar de pacientes en los dos grupos se le prescribió antidepresivos durante el estudio completo de tres años (7 frente a un 4%, p=0,27).

“En contra de la idea ampliamente aceptada entre pacientes infectados por VIH, médicos e investigadores, nuestros datos no muestran indicios de que efavirenz tenga un efecto sobre el riesgo de depresión o suicidio en las 48 primeras semanas de uso (o incluso hasta los 36 meses de uso)”, concluyen los investigadores. “Sin embargo, un riesgo más elevado de estos trastornos se produjo en pacientes más jóvenes y en aquéllos con una historia de trastornos depresivos.”

“Una historia de trastorno depresivo no debería ser una contraindicación para prescribir el tratamiento con efavirenz”, añaden.
 
El estudio ALIZE-ANRS 099 se diseñó para evaluar los efectos de un cambio de tratamiento sobre la supresión virológica más que los efectos psiquiátricos de efavirenz. Sin embargo, los investigadores calcularon que el estudio era lo suficientemente amplio como para detectar una diferencia significativa en las tasas de depresión, en caso de que se hubiera producido.

Una posible limitación del estudio es que los pacientes y los médicos sabían qué medicamento estaban tomando. Aunque esto podría haber llevado a un aumento de los niveles de depresión de los que se informó en el brazo de efavirenz, el descubrimiento de los investigadores de tasas similares en los dos grupos refuerza su conclusión de que las tasas de depresión no fueron elevadas por el tratamiento con efavirenz.

Referencia: Journot V et al. Use of efavirenz is not associated with a higher risk of depressive disorders: a substudy of the randomized clinical trial ALIZE-ANRS 099. Clin Infect Dis 42: 1790-1799, 2006.
 
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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