Retrasar el inicio de la terapia antirretroviral

Juanse Hernández
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El uso de interleuquina 2 podría aumentar los recuentos de CD4 sin afectar a la replicación viral

Las terapias de base inmune (TBI) o inmunoterapias son tratamientos que se basan en la estimulación del propio sistema inmune para que sea capaz de controlar al VIH por sí mismo. Muchos de estos tratamientos, aunque están aprobados para varios tipos de cánceres, están actualmente siendo evaluados en ensayos clínicos para tratar la infección por VIH.

De entre los diferentes enfoques de TBI existentes, uno consiste en reproducir proteínas importantes, denominadas citoquinas –que ayudan a regular el sistema inmunitario–, y a continuación utilizarlas para estimular o inhibir el crecimiento y la actividad de varias células del sistema inmunitario. El tratamiento más investigado que utiliza este enfoque es Proleukin®, una reproducción de alta tecnología de la interleuquina 2 (IL-2), una citoquina que se expresa de forma natural y que estimula la producción de células T. A diferencia de los medicamentos antirretrovirales utilizados actualmente para tratar el VIH, la IL-2 no inhibiría la replicación del virus, sino que estimularía la producción y la actividad de varias células importantes del sistema inmunitario, particularmente los CD4 y CD8.

Aunque los estudios han hallado que la IL-2 incrementa notablemente los recuentos de células CD4 en personas con VIH –sobre todo en aquellas que se encuentran en un estado relativamente bueno de salud cuando empiezan a tomar esta inmunoterapia–, hasta la fecha los investigadores no han conseguido situar este fármaco entre el arsenal de medicamentos utilizados para tratar el VIH. Por otro lado, existe la preocupación de que incrementar los recuentos de células CD4 a través del uso de IL-2 comporte ciertos riesgos. El aumento del recuento de CD4 implicaría que el VIH dispone de un número mayor de dianas celulares a las que infectar, lo que causaría a su vez un incremento potencial de la carga viral. Por esta razón, los expertos han sido muy cautelosos en utilizar IL-2 en ausencia de terapia antirretroviral con el fin de mantener la carga viral bajo control.

Un estudio que se presentó en la 47 Conferencia Interciencias sobre Agentes Microbianos y Quimioterapia (ICAAC, en sus siglas en inglés), celebrada en Chicago (EE UU) a mediados de septiembre, sugiere que ciclos intermitentes de inyecciones de IL-2 podrían permitir a las personas con VIH aumentar sus niveles de CD4 y posponer así la necesidad urgente de iniciar la terapia antirretroviral.

Un grupo de investigadores franceses llevaron a cabo un ensayo clínico para determinar si los efectos de la estimulación de CD4 por medio de IL-2 podrían retrasar el inicio del tratamiento antirretroviral en personas con VIH, al tiempo que estudiaban el efecto de la inmunoterapia sobre la carga viral en ausencia de tratamiento anti-VIH.

Un total de 130 personas con VIH fueron distribuidas aleatoriamente para recibir o placebo o ciclos intermitentes de IL-2: inyecciones subcutáneas dos veces al día de IL-2 (utilizando una dosis moderada de 4 millones de unidades) durante cinco días, comenzando al inicio del estudio y a las semanas 8, 16 y 24, junto con dos ciclos adicionales entre las semanas 48 y 80.

Durante el período de seguimiento de 96 semanas, se consideró fracaso del tratamiento con IL-2 (o placebo) si los participantes desarrollaban un problema de salud asociado al VIH o sus recuentos de CD4 caían por debajo de los 300 células/mm3, límite que marcaría el inicio de la terapia antirretroviral.

Al inicio del estudio, el promedio de las cargas virales de los participantes fue de 75.000 copias/mL y los recuentos de CD4, de 383 células/mm3. De los 130 inscritos en el estudio, 66 recibieron ciclos intermitentes de IL-2 y 64, placebo.

Aproximadamente un 95% de las personas en el grupo IL-2 recibió tres ciclos de tratamiento; un 89% completó cuatro ciclos y un 52% se sometió a ciclos adicionales después de 48 semanas.

A la semana 96, un 36% de las personas que recibieron IL-2 experimentó fracaso de tratamiento en comparación con un 61% en el grupo placebo. La diferencia fue estadísticamente significativa. Además, el tiempo hasta desarrollar fracaso de tratamiento fue significativamente más corto en el grupo placebo, lo que significa que las personas que no recibieron IL-2 eran candidatas a empezar tratamiento antirretroviral mucho más pronto en este estudio.

Por lo que respecta al recuento de CD4 al final del periodo de seguimiento, en las personas que recibieron IL-2 el aumento medio fue de 51 células/mm3 por encima de los niveles anteriores al inicio del estudio en comparación con un descenso de 64 células/mm3 en el grupo placebo. Los investigadores también afirman que las cargas virales aumentaron sólo un poco en ambos grupos, aunque las diferencias entre ellos no fueron estadísticamente significativas.

De forma similar a otros estudios, se observaron efectos secundarios de IL-2 en un amplio número de personas. Aproximadamente un 85% de los participantes que tomaron la inmunoterapia experimentó astenia, un 83% desarrolló fiebre y un 53%, náusea.

Los investigadores señalan que el inicio de la terapia antirretroviral se retrasó una media de 48 semanas en aquellas personas que recibieron IL-2. Y concluyen: “En personas sin experiencia en el uso de medicamentos anti-VIH y con recuentos de CD4 entre 300 y 500 células/mm3, la terapia con IL-2 pudo provocar incrementos sostenidos de células CD4 sin afectar a la replicación viral, lo que permite a los pacientes retrasar considerablemente el inicio de la terapia antirretroviral”.

Fuente: Aidsmeds / Elaboración propia
Referencia: Molina J, Levy Y, Hamonic S, et al. Intermittent interleukin-2 therapy to defer antiretroviral therapy in patients with human immunodeficiency virus infection [Abstract H-718]. 47th Interscience Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy, Chicago, 2007. 

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